Merino también advirtió que las proyecciones del gobierno son muy optimistas y podrían afectar la calificación crediticia de México en 2023 si no se cumplen los estimados… ¡y no se cumplirán porque el país no crecerá en un contexto en el que Estados Unidos va hacia una recesión y la Reserva Federal retira liquidez de la economía a máxima velocidad!
Moody’s estima que México crecerá cercano al 1 por ciento el próximo año, y no el 3 por ciento propuesto por Hacienda, por lo que podría complicar las finanzas por el lado de los ingresos.
Por su parte, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) señaló que el paquete de Hacienda no es responsable, equilibrado ni realista, por lo que se corre el riesgo de recortes al gasto y mayor endeudamiento, pues tan solo el pago de pensiones y el costo financiero de la deuda representan 8.8 por ciento del PIB y la recaudación entera del ISR no alcanzaría para pagar esto.
Otro “think tank” que criticó duramente la asignación del gasto público fue el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) al sumar su preocupación sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas para el año que entra.
“Con todo y el fuerte aumento esperado de los ingresos, los recursos no serán suficientes para cubrir las crecientes necesidades del gasto público, especialmente para mantener los programas sociales en operación y los proyectos insignia del gobierno”, señaló el CEESP.
A esta lista de centros de investigación se le suman los analistas de bancos, como Citibanamex, Goldman Sachs, entre otros, pero todos coinciden en que las finanzas públicas corren el riesgo de salirse de las manos del gobierno.
¡Y con razón! Al Tren Maya se le otorgará casi el doble de presupuesto en 2023, mientras que a la refinería de Dos Bocas se le inyectarán casi 50 mil millones de pesos más; y un 40 por ciento más de recursos se destinarán para la compra de simpatías – perdón- las “ayudas” a los adultos mayores.
Para decirlo con todas sus letras y no dejar lugar a dudas: México se dirige a una debacle fiscal no vista en 30 años, el peso está sobrevaluado frente al dólar y la inflación seguirá fuera de control durante años si el gobierno no se ata las manos del gasto (y no lo hará de cara a las elecciones de 2023 y 2024).
La hora de prepararse es ahora mismo. No valdrá decir después que “no podía saberse” con tiempo que este barco se iba a hundir.
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